Primer Puesto:
Nombre: Q.·.H.·. Gabriel César Beltrán Camino
Logia: R.·.L.·. Arca de Noe Nº 8
Título: Reflexiones sobre mi Iniciación
Pseudónimo: El A.·. de San Juan Bautista.
Después que el aspirante acepto comenzar el camino hacia la iniciación y se impone una venda, llevando al aspirante al lugar de la primera prueba que empieza al entrar al Cuarto de Reflexiones los ojos se han acostumbrado a estar en oscuridad por la venda, la vida en el mundo profano le ha enseñado a vivir ciego, estar ciego a todas a las verdades de la vida. El Cuarto de Reflexiones no tenía la apariencia de nada que hubiese visto antes, estaba muerto para el mundo, había llegado al centro de la tierra. Es para el profano salir de este mundo al lugar donde reina la oscuridad eterna, este sería su último destino, lo que llena de ansiedad es si este sería el lugar que le aguarda después de la vida. Pensar en lo que ocurriría después de esta vida, sería un lugar así donde pasaría la eternidad, pensar en la muerte, aquí él escribe su testamento masónico, en donde se deja atrás la vida profana, se reflexiona sobre los deberes para con Dios, Consigo mismo y los semejantes, se piensa en todo lo que se dejaba atrás, pero nada le pertenece y nada se lleva en el encuentro con la muerte, ¿Qué es la muerte sino el olvido total? pero no era así, recordar todo de la vida vivida, las personas que dejaba atrás... la vida que se dejo atrás.
El Cuarto de Reflexiones parecía no tener espacio ni tiempo, pero las frases llenaban de luz el lugar al igual que los símbolos lo llenaban de misterio, "conócete a ti mismo", un frase sencilla pero llena de sabiduría, es por el camino que pasamos toda nuestra vida el conocernos a nosotros mismo, el saber quienes somos y solo así sabremos hacia donde vamos. Pero a los aspirantes se les da una esperanza en la frase final, "si perseveras hallarás la luz", es la esperanza que mueve a todo futuro Francmasón en su iniciación, la de una nueva vida, el justo premio a una vida dedicada a la virtud, así es como el G.·. A.·. D.·. U.·. premia al hombre libre y de buenas costumbres.
A ciencia cierta se sabe que ahí muere el hombre profano, ahora se es un aspirante a una mejor vida y morir a la oscuridad donde siempre se vivió, la iniciación recién empezaba. Con una sandalia en vez de nuestro mejor calzado, con una camisa y el pecho abierto, con los ojos vendados, así el Francmasón demuestra su humildad, demuestra que esta dispuesto a nacer como un hombre nuevo dejando atrás las vanidades de la vida para nacer en un mundo de luz y virtud.
Después que el V.·. M.·. lo ha interrogado al Recipiendario sobre las razones que lo trajeron a la Logia, si es cree en G.·. A.·. D.·.U.·. y el la inmortalidad de¡ alma, el Recipiendario debe estar en concordia a los principios que rigen esta Aug.·. Or.·..
Cuando al Recipiendario empieza a recorrer el primer viaje ayudado por el H.·. Terr.·., su corazón profano es consumido por el miedo, pues después de haber vivido una vida en el mundo profano, él esta guiado por sus pasiones, escucha los sonidos del mundo en el cual ha vivido, el profano no ha logrado conocerse a si mismo. El primer viaje es en el que hay mucho ruido, llanto, quejidos, gritos, camino incierto, donde se incita a no seguir. Dado el miedo que embargaba el ser del aspirante por enfrentarse a lo desconocido en el primer viaje, se reflexiona en todo el camino que había tenido que recorrer para llegar hasta donde estaba, su camino por el mundo y la inestabilidad donde siempre ha vivido. Representa la lucha que pasamos en el día a día en el mundo profano los Francmasones, esta primera prueba nos enseña sobre el escuchar nuestro ser y no dejarnos llevar por el mundo profano, es la prueba del aire.
El segundo viaje fue el ruido de las espadas llama a reflexionar al Recipiendario sobre la lucha de las pasiones con las que tienen que enfrentarse los Francmasones a diario. Confíe ciegamente en mis HH.·., confianza es la palabra que es uno de los pilares de nuestra Orden, como las granadas que se encuentran en las columnas, nos enseñan que estamos unidos todos y debemos creer en la unidad de los HH.·., el tener fe que es un don de¡ que deben estar provistos los HH.·. Francmasones, pues ella nos ayuda a encontrar el camino hacia la verdad. La tercera prueba es la de¡ agua, donde nos hunden tres veces las manos en el agua ayuda al Recipiendario a limpiarlo de las impurezas del mundo profanos en el que residido, tres veces nos hunden las manos para certificar nuestra limpieza moral y de fanatismos. Ser merecedor de tal limpieza es algo que se debe reflexionar a diario el Francmasón, el Recipiendario recibe un gran don que debe saber si aceptar con humildad y que debe mostrar ser digno de tal.
El tercer viaje es donde reina el silencio total, donde el Recipiendario debe recapacitar y repasar todo por lo que ha pasado, es un tiempo de silencio para conocerse a sí mismo, donde él y solo él, el tiempo es quien nos enseña. La importancia de las enseñanzas que saquemos en este viaje guiarán gran parte de nuestro nuevo camino en la orden, en este viaje pasamos la prueba del fuego. La cuarta prueba la de fuego, es para el Recipiendario la más fuerte hasta ese momento, los alquimistas buscan transformar el cobre que el fuego se transforma en oro, es a través del fuego que se termina de purificar las imperfecciones que ha traído del mundo profano, se busca que el Recipiendario aprenda que aun en las llamas, se debe tener valor, el valor que debe demostrar en la vida aún cuando todo sea adverso para defender los principios de la justicia y los valores morales a costa aún de la misma existencia.
También se pide socorrer a una viuda, que es en resumen el deber de todo Francmasón, siempre estar presto a dar todo de sí para los demás, amar a los semejantes como ha si mismo y auxiliarlos sin recibir por ello mas recompensa que un corazón satisfecho por haber obrado como manda el G.·. A.·. D.·. U.·..
En la iniciación se le coloca siempre al Recipiendario entre CCol.·. por el H.·. Terr.·. en este punto entra a una de las más grandes búsquedas que tiene la Francmasonería que es la del equilibrio. No está ubicado para el lado de la Col.·. J ni para el lado de la Col.·. B, sino está entre columnas, está en medio, en la búsqueda del equilibrio.
Nos llama a reflexionar sobre el equilibrio que todo Francmasón deberá llevar para con su vida, nos indica el camino que debemos seguir, que es la constante búsqueda para llegar a un estado superior de conciencia, donde cada acto de la nueva vida en la que esté renaciendo sea regido por el equilibrio.
La búsqueda con el intimo contacto con lo más sagrado de nuestro ser, solo se logrará estando en equilibrio con nosotros mismos, buscando la luz que se lleva dentro de nuestro ser. Solo cuando nos conocemos de verdad, como versa la frase en el Cuarto de Reflexiones "conócete a ti mismo" es cuando hallamos el equilibrio en nuestro ser y en nuestra vida.
En ese momento se debe dejar de vivir para el Ego que siempre rige a el mundo profano, se ha muerto para el mundo profano y se renace a la conciencia de¡ Ser que debe regir a todo Francmasón, la búsqueda de la virtud dentro de uno mismo, que es la búsqueda de la luz que encontramos en esta Aug.·. Or.·..
Al Recipiendario se le hace reflexionar en la iniciación que la vida del Francmasón es una vida que no admite fanatismos, pues ellos nos hace estar distante de la verdad para encerrarnos en las oscuridad del mundo, donde no podemos ver más allá.
Cuando el Recipiendario se le quita la venda y se le ofrece la luz que el ha pedido entre Col.·. ya es un Neófito, pues es aceptado en la Or.·. como parte de ella, es el renacer en una vida nueva, en busca de la verdad, donde el conocimiento es casi nulo, pero su valor ha sido probado al verse digno por ello de ser un francmasón y por la purificación recibidas haber dejado de lado al hombre profano que fue. Al abrir los ojos el Neófito se ve frente a muchas espadas que le apuntan al rostro, pero son sus HH.·. que le muestran que están dispuesto a defenderle, es entrar a una familia que jamás te abandonará.
Revisando la Liturgia de los AA.·. LL.·. y AA.·. MM.·. del R.·. E.·. A.·. A.·. del año 1802, me hizo reflexionar mucho sobre un hecho, que espero que en algún momento se tome en cuenta para que se vuelva retomar en nuestros rituales y es que al Neófito después de quitarle las vendas del rostro cuando estaba al frente de las espadas se le preguntaba si al frente de él entre los HH.·. se halla algún enemigo, el Neófito respondía que no, el V.·.M.·. le manifiesta que por supuesto que es así, pues tu enemigo siempre esta detrás de ti y al voltear el neófito se ve frente a un espejo donde se refleja su rostro, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos y debemos luchar contra nuestras pasiones que no nos abandonan del todo y siempre nos están tentando. El Francmasón tiene que enfrentarse siempre a sí mismo y buscar salir triunfante.
El Neófito encuentra en su iniciación que no era una meta sino un camino duro y lleno de pruebas que recién empieza, no es el camino fácil el de la francmasonería, sino que es el camino difícil donde seguir el camino de la virtud siempre es lo más complicado, pues cada día hay que renacer como persona, anteponer nuestros valores a nuestras pasiones, el aprender de la vida, ser ejemplo de tolerancia, fraternidad, amor a la ciencia, lealtad y sobre todo humildad.
El ser francmasón no es un estilo de vida sino es un ejemplo de vida, de servicio al hermano, no solo masón sino profano también, de ayuda desinteresadamente sin esperar recompensa ni buscar reconocimiento, no se busca grandeza, se busca armonía con los semejantes y consigo mismo. El camino del Masón es difícil y la iniciación es un nacer como hombre de luz en busca de la verdad.
BIBLIOGRAFíA
‑ Liturgia del Grado de Aprendiz ‑ Autorizado por la Gran Logia del Perú ‑ 2004
‑ Liturgia del Grado de Aprendiz ‑ 1802
El Cuarto de Reflexiones parecía no tener espacio ni tiempo, pero las frases llenaban de luz el lugar al igual que los símbolos lo llenaban de misterio, "conócete a ti mismo", un frase sencilla pero llena de sabiduría, es por el camino que pasamos toda nuestra vida el conocernos a nosotros mismo, el saber quienes somos y solo así sabremos hacia donde vamos. Pero a los aspirantes se les da una esperanza en la frase final, "si perseveras hallarás la luz", es la esperanza que mueve a todo futuro Francmasón en su iniciación, la de una nueva vida, el justo premio a una vida dedicada a la virtud, así es como el G.·. A.·. D.·. U.·. premia al hombre libre y de buenas costumbres.
A ciencia cierta se sabe que ahí muere el hombre profano, ahora se es un aspirante a una mejor vida y morir a la oscuridad donde siempre se vivió, la iniciación recién empezaba. Con una sandalia en vez de nuestro mejor calzado, con una camisa y el pecho abierto, con los ojos vendados, así el Francmasón demuestra su humildad, demuestra que esta dispuesto a nacer como un hombre nuevo dejando atrás las vanidades de la vida para nacer en un mundo de luz y virtud.
Después que el V.·. M.·. lo ha interrogado al Recipiendario sobre las razones que lo trajeron a la Logia, si es cree en G.·. A.·. D.·.U.·. y el la inmortalidad de¡ alma, el Recipiendario debe estar en concordia a los principios que rigen esta Aug.·. Or.·..
Cuando al Recipiendario empieza a recorrer el primer viaje ayudado por el H.·. Terr.·., su corazón profano es consumido por el miedo, pues después de haber vivido una vida en el mundo profano, él esta guiado por sus pasiones, escucha los sonidos del mundo en el cual ha vivido, el profano no ha logrado conocerse a si mismo. El primer viaje es en el que hay mucho ruido, llanto, quejidos, gritos, camino incierto, donde se incita a no seguir. Dado el miedo que embargaba el ser del aspirante por enfrentarse a lo desconocido en el primer viaje, se reflexiona en todo el camino que había tenido que recorrer para llegar hasta donde estaba, su camino por el mundo y la inestabilidad donde siempre ha vivido. Representa la lucha que pasamos en el día a día en el mundo profano los Francmasones, esta primera prueba nos enseña sobre el escuchar nuestro ser y no dejarnos llevar por el mundo profano, es la prueba del aire.
El segundo viaje fue el ruido de las espadas llama a reflexionar al Recipiendario sobre la lucha de las pasiones con las que tienen que enfrentarse los Francmasones a diario. Confíe ciegamente en mis HH.·., confianza es la palabra que es uno de los pilares de nuestra Orden, como las granadas que se encuentran en las columnas, nos enseñan que estamos unidos todos y debemos creer en la unidad de los HH.·., el tener fe que es un don de¡ que deben estar provistos los HH.·. Francmasones, pues ella nos ayuda a encontrar el camino hacia la verdad. La tercera prueba es la de¡ agua, donde nos hunden tres veces las manos en el agua ayuda al Recipiendario a limpiarlo de las impurezas del mundo profanos en el que residido, tres veces nos hunden las manos para certificar nuestra limpieza moral y de fanatismos. Ser merecedor de tal limpieza es algo que se debe reflexionar a diario el Francmasón, el Recipiendario recibe un gran don que debe saber si aceptar con humildad y que debe mostrar ser digno de tal.
El tercer viaje es donde reina el silencio total, donde el Recipiendario debe recapacitar y repasar todo por lo que ha pasado, es un tiempo de silencio para conocerse a sí mismo, donde él y solo él, el tiempo es quien nos enseña. La importancia de las enseñanzas que saquemos en este viaje guiarán gran parte de nuestro nuevo camino en la orden, en este viaje pasamos la prueba del fuego. La cuarta prueba la de fuego, es para el Recipiendario la más fuerte hasta ese momento, los alquimistas buscan transformar el cobre que el fuego se transforma en oro, es a través del fuego que se termina de purificar las imperfecciones que ha traído del mundo profano, se busca que el Recipiendario aprenda que aun en las llamas, se debe tener valor, el valor que debe demostrar en la vida aún cuando todo sea adverso para defender los principios de la justicia y los valores morales a costa aún de la misma existencia.
También se pide socorrer a una viuda, que es en resumen el deber de todo Francmasón, siempre estar presto a dar todo de sí para los demás, amar a los semejantes como ha si mismo y auxiliarlos sin recibir por ello mas recompensa que un corazón satisfecho por haber obrado como manda el G.·. A.·. D.·. U.·..
En la iniciación se le coloca siempre al Recipiendario entre CCol.·. por el H.·. Terr.·. en este punto entra a una de las más grandes búsquedas que tiene la Francmasonería que es la del equilibrio. No está ubicado para el lado de la Col.·. J ni para el lado de la Col.·. B, sino está entre columnas, está en medio, en la búsqueda del equilibrio.
Nos llama a reflexionar sobre el equilibrio que todo Francmasón deberá llevar para con su vida, nos indica el camino que debemos seguir, que es la constante búsqueda para llegar a un estado superior de conciencia, donde cada acto de la nueva vida en la que esté renaciendo sea regido por el equilibrio.
La búsqueda con el intimo contacto con lo más sagrado de nuestro ser, solo se logrará estando en equilibrio con nosotros mismos, buscando la luz que se lleva dentro de nuestro ser. Solo cuando nos conocemos de verdad, como versa la frase en el Cuarto de Reflexiones "conócete a ti mismo" es cuando hallamos el equilibrio en nuestro ser y en nuestra vida.
En ese momento se debe dejar de vivir para el Ego que siempre rige a el mundo profano, se ha muerto para el mundo profano y se renace a la conciencia de¡ Ser que debe regir a todo Francmasón, la búsqueda de la virtud dentro de uno mismo, que es la búsqueda de la luz que encontramos en esta Aug.·. Or.·..
Al Recipiendario se le hace reflexionar en la iniciación que la vida del Francmasón es una vida que no admite fanatismos, pues ellos nos hace estar distante de la verdad para encerrarnos en las oscuridad del mundo, donde no podemos ver más allá.
Cuando el Recipiendario se le quita la venda y se le ofrece la luz que el ha pedido entre Col.·. ya es un Neófito, pues es aceptado en la Or.·. como parte de ella, es el renacer en una vida nueva, en busca de la verdad, donde el conocimiento es casi nulo, pero su valor ha sido probado al verse digno por ello de ser un francmasón y por la purificación recibidas haber dejado de lado al hombre profano que fue. Al abrir los ojos el Neófito se ve frente a muchas espadas que le apuntan al rostro, pero son sus HH.·. que le muestran que están dispuesto a defenderle, es entrar a una familia que jamás te abandonará.
Revisando la Liturgia de los AA.·. LL.·. y AA.·. MM.·. del R.·. E.·. A.·. A.·. del año 1802, me hizo reflexionar mucho sobre un hecho, que espero que en algún momento se tome en cuenta para que se vuelva retomar en nuestros rituales y es que al Neófito después de quitarle las vendas del rostro cuando estaba al frente de las espadas se le preguntaba si al frente de él entre los HH.·. se halla algún enemigo, el Neófito respondía que no, el V.·.M.·. le manifiesta que por supuesto que es así, pues tu enemigo siempre esta detrás de ti y al voltear el neófito se ve frente a un espejo donde se refleja su rostro, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos y debemos luchar contra nuestras pasiones que no nos abandonan del todo y siempre nos están tentando. El Francmasón tiene que enfrentarse siempre a sí mismo y buscar salir triunfante.
El Neófito encuentra en su iniciación que no era una meta sino un camino duro y lleno de pruebas que recién empieza, no es el camino fácil el de la francmasonería, sino que es el camino difícil donde seguir el camino de la virtud siempre es lo más complicado, pues cada día hay que renacer como persona, anteponer nuestros valores a nuestras pasiones, el aprender de la vida, ser ejemplo de tolerancia, fraternidad, amor a la ciencia, lealtad y sobre todo humildad.
El ser francmasón no es un estilo de vida sino es un ejemplo de vida, de servicio al hermano, no solo masón sino profano también, de ayuda desinteresadamente sin esperar recompensa ni buscar reconocimiento, no se busca grandeza, se busca armonía con los semejantes y consigo mismo. El camino del Masón es difícil y la iniciación es un nacer como hombre de luz en busca de la verdad.
BIBLIOGRAFíA
‑ Liturgia del Grado de Aprendiz ‑ Autorizado por la Gran Logia del Perú ‑ 2004
‑ Liturgia del Grado de Aprendiz ‑ 1802